Al
ganar las tropas aliadas la Segunda Guerra Mundial, comienza una época de
aislamiento contra España. Estos aliados advierten a Franco que el mundo en el
que viven ya no admite el fascismo, aunque Truman prefería una España
franquista a una monarquía débil que se desembocase al comunismo.
España
sufre una marginación en todos los Organismos de carácter mundial (ONU, etc.) y
de produce la retirada de todos los embajadores en territorio español, excepto
el del Portugal.
La
táctica pretendía aislar el franquismo y armar las guerrillas internas, ya que
Franco aseguraba: “No dejaré el poder hasta no haber perdido mi última gota de
sangre.”
Franco
en un intento de lavar la cara del país y reflotarlo, intenta dar la imagen de
caudillo de la paz e implanta tres leyes básicas: foro de recortes, foro del
trabajo y foro de los españoles. Con la bendición de la iglesia, Martin Artajo
intentó que España se “viese” como una democracia Vaticana.
En
esta época, la Falange deja de ser un organismo meramente militar y va
perdiendo poder debido a la gran importancia que se le da a demócratas
cristianos que se están introduciendo.
Franco
jugó con la monarquía y la iglesia, administrando pequeños conflictos entre ellos
para que no se aliasen en contra suya.
Por
último, en Febrero de 1946 entra en Estoril Don Juan con confianza de obtener
el trono en poco tiempo.
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